martes, 29 de octubre de 2013

De cuando la confusión llegó a mi blog

Esta nueva entrada abordará mi punto de vista sobre un sentimiento que está siempre con nosotros aunque no creamos que sea así, la "confusión".

Rememorando a aquella osada Miss que en buena hora (y digo 'buena' porque miren que ha hecho hacer reír hasta llorar a millones de ciudadanos alrededor del mundo) dijo que, según ella, la confusión había sido "inventada por un filósofo chino-japones que se llamaba Confuso". Lo cierto es que de acuerdo con la Real Academia Española, la "confusión" no es más que: una perplejidad, turbación del ánimo, abatimiento, error, desasosiego o más sencillo "la acción y efecto de confundir".

En líneas generales y llevándolo a la vida real, la confusión no es más que eso que te persigue día a día. Cada vez que se te presenta una nueva oportunidad en la vida, sea laboral o sentimentalmente hablando, ahí mismo está la confusión, metiendo sus narices a ver qué tanto te puede hacer dudar a la hora de tomar una decisión sea ésta acertada o no, el caso es que te hace pasearte por nuevos escenarios.

La confusión va y viene con la misma velocidad con la que viaja la luz. Si tienes un evento social y no sabes qué ponerte, ahí está la confusión lista para acosarte. Si se te presenta una nueva oferta de trabajo, ahí está la confusión para hacerte pensar en "¿qué pasaría si...?". Si acabas de terminar con tu pareja y has decidido estar solo o sola por un tiempo o al contrario estás en el mejor momento, ahí, sí señores, ahí también está la confusión, lista para ponerte en el camino a otra persona que supuestamente viene a enmendar lo malo o a ofrecerte algo y que mejor a lo que ya tienes. 

Lo cierto es que la confusión siempre está ahí, pero si estás decidido a tomar una decisión entonces hay que hacer como dicen por ahí ponerse los pantalones, ajustarse el cinturón en el último orificio y agarrar el toro por los cuernos. Sea bueno o sea malo, lo importante es no dejarte confundir y seguir adelante, afrontando las consecuencias y aprendiendo de todo aquello. Aprendiendo también a darle un jaque a ese malvado sentimiento que sólo busca amilanarte y hacerte perder oportunidades.

Por último, no olviden que la confusión no sólo se presenta en nosotros también pasa mucho, desde que la globalización entró en nuestras vidas y las redes sociales pasaron a ser las nuevas celestinas del universo, que ahora cuando escribes algo y tú sabes que va dirigido con nombre y apellido a una persona en específico aunque sus datos estén tácito en el escrito, te das cuenta que más de uno se siente aludido. A veces resulta que has logrado revolucionar al mundo y el o la implicad@ no se ha ni enterado de tus líneas. Entonces estás induciendo en otros un estado de confusión agravado, porque a esa confusión normal hay que agregarle la duda de "¿será conmigo? O ¿para mi?"... 

Pero de eso hablaremos en una próxima entrega. Tal vez esta entrada para muchos no tenga ni pies ni cabeza, pero en ninguna parte de mi blog dice que escribiría de manera cuera y lógica, así que me disculpo de antemano para los que tal vez sientan que perdieron el tiempo leyendo esto. Igual los invito a dejar sus comentarios en la parte inferior de este escrito... ¡Hasta logo!

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